Templo de Sif.

Metió dos dedos en el interior de ella y empezó a moverlo con fuerza a la vez que le daba golpecitos en su clítoris.
-J*der, nena. Qué bien sabes.

Le jalo del pelo separandolo de sus sexo y haciendo que la mirara a los ojos.
- Quiero saborearte yo tambien Otto.

La cogió de la mano tumbándose en el suelo y llevándose a ella detrás.
-¿Un 69?- le dijo con una sonria perversa.

Gimio cuando su sexo comenzo a palpitar, dios que caliente estaba.
- Eso me suena muuy bien.
Sonrio de manera maliciosa.

Sonrió con malicia y le dio una palmada en el trasero.
Le dio la vuelta con rapidez dejando su verga en a la altura de la boca de ella y su centro en la suya propia.

Acaricio el bulto en sus pantalones, desabrochandolo mientras lo mordisqueaba por encima de la tela.
- Estas tan duro ya...
Ronroneo lamiendo su glande cuando la libero.

-J*der- su miembro palpitó dentro de la boca de ella por la reacción su húmeda boca.
Tan parecida a su sexo...
Le abrió los labios antes de darle una lenta lamida por su sexo.
-Sabes a gloria, Sif.

Se estremecio al sentir su lengua en su sexo y lo chupo introduciendolo en su boca hasta la empuñadura.
Gimio contra su verga, succionandolo y sacandoselo casi por completo.

Metió dos dedos dentro de ella y empezó a mover las manos con rapidez.
Mordisqueando y tirando cada pliegue de ella.
-Sólo quiero una cosa, Sif. Yo me convertiré en Dios por ti, en cuanto veas que tu amor cambia dímelo.

- No creo que cambie nunca, pero te prometo que si lo hace, seras el primero en saberlo.
Se dio golpecitos en la lengua con su p*lla, lamiendola de neuvo como si el mejor dulce se tratase.

No pudo resistirse más y la arrastró hacía a él.
-Te vas a enterar de lo que es bueno.
La pusó de lado penetrándola desde atrás alzando una pierna de ella.

Gimio llevandose una mano a un pecho, pellizcandose el pezon.
- Hmm eres tan grande....
Ronroneo girando al cara y lamiendole el menton.

Atrapó su lengua dentro de su boca succionando con ganas.
Pasando la mano por su vientre hasta llegar a sus caderas, masajeando su clítoris a la vez que sus embestidas.
-Quiero oirte gemir.

Jadeo en su boca, notando como su cuerpo botaba por la fuerza de las embestidas.
- Mas, quiero mas.
Succiono su lengua, besandolo con ganas.

La agarró fuerte por el pelo tirándola hacia su cuerpo.
-Así me gusta.
La besó con furia mientras las embestidas eran más fuerte y más salvaje.

Movio las caderas, buscando cada una de sus embestidas y notando como su cuerpo se tensaba.
- Otto...
Gimoteo cerrando los ojos.

Salió de ella para darle la vuelta y tenerla en frente de él.
Le dio golpes con su p*lla en el clítoris. Volvió a introducirse dentro de ella y pasar sus piernas por los hombros de él.

Lloriqueo, asi llegaba a un punto en su interior que le hacia gritar de puro placer.
- Oh dios mio, no puedo mas!

Se puso las manos a ambas partes de ella y se puso a darle fuerte.
Embistiendo con fuerza y volviéndose loco por el sonido de su cuerpo al chocar y el vaivén de sus pechos.

Grito cuando el orgasmo la arraso, temblando a cada embestida.
- Otto!
Sus musculos internos se contraieron, apresandolo con fuerza en su interior.

Con dos embestidas más se derramó dentro de ella.
-Te tenía unas ganas inmensa, bebé.

Gimoteo cuando se derramo en su interior, por la calida sensacion de su semen llenandola.
- Se noto.
Solto una risita entre cortada, intentando controlar de nuevo la respiracion.

Le mordisqueó el cuello y miró dónde se habían quedado. A mitad camino de la casa de ella con todos los criados mirándolos.
-Somos unos excibicionistas.

- Las echare a todas por mirarte.
Le dio besitos por el cuello, mimosa.

-Yo sólo tengo ojos para ti.
Y así era.
Se alzó levantándola a ella del suelo.
-¿Entonces, qué hacemos ahora?