Templo de Sif.

Aparecio con Otto, justo en los jardines a la entrada de su templo.
- ¿Te gusta?

Se quedó en blanco viendo todo eso a su alrededor.
-Esto....
Era más a lo que podía aspirar nunca. Ella era demasiado superior a él. En cualquier cosa.

Se mordisqueo el labio al ver su expresion.
- ¿No te gusta?
Lo miro algo nerviosa, con miedo de su contestacion.

La miró con intensidad.
-Es digno de una diosa- le hizo una reverencia llena de floritura.

- Oh vamos nene, no hagas eso.
Solto una risilla dandole un manotazo en el pecho.
- Ven te mostrare como es por dentro.
Cogiendole por una mano lo jalo con una sonrisa.

Se dejó llevar hasta el templo.
-¿Tienes mayordomo, Sif?

Entraron en el templo y lo miro curiosa.
- ¿Mayordomos?... no se a que ¡Oh! ya se a que te refieres, si tengo pero son todas mujeres.
Ladeo un poco la cabeza.
- Por que?

Sopló aliviado.
-Porque si fuesen todo tíos y jóvenes rodarían cabezas.

Rio divertida, haciendo eco por el templo.
- Los hombres tienen prohibido la entrada a mi templo, exepto mi padre, Thor y tu.
Le dio un pellizquito en el trasero.

Se quedó mirándola al decirle lo de Thor.
-Sif, aún estás casada con él.
Entonces... momentos antes le había pedido matrimonio.

Dejo de andar y se volteo a mirarlo.
- Si, pero no por mucho tiempo.
Se mordio el labio inferior.
- Tenia pensado ir hablar con el, tiene una nueva mujer en su vida y parece que a ella, si la ama.
La prueba estaba que le era fiel, cosa que nunca le fue a ella.
- Y yo te amo a ti, ese matrimonio no tiene sentido ya.

La atrajo hacia a él para besarla con ternura.
-Pues fue un tonto dejando escapar a una persona como tú.
Irían a hablar en cuanto les fuese posible. No podía aguantar más las ganas de tenerla a su lado por lo poco de vida que le quedase.

Le sonrio con dulzura.
- Me algro de que haya sido tonto entonces, sino ahora no estaria contigo.
Se puso de puntillas y le dio un suave beso en los labios.
- Hay algo que quiero que hablemos Otto.

Pasó con lentitud la punta de su lengua por los labios de ella.
-Tú solo pide, yo te lo daré todo.
Aún fuese la última gota de aliento que tuviese en el cuerpo, daría o mataría por ella.

- Quiero que tomes ambrosia.
Se lamio los labios nerviosa.
- No quiero perderte Otto, no quiero seguir sin ti. Antes de conocerte no vivia, eso era... era horrible, no quiero volver a eso.

La miró no sin dejar de sentirse inferior.
-¿Cómo te has podido fijar en un mortal como yo?
La acercó a él bajando su mano por la espalda hasta ahuecarle el trasero hacia su erección.
-Sólo quiero que estés totalmente segura, porque si tomo ambrosía solo será por ti.

- Completamente segura nene.
Froto su nariz con la de el, en un gesto cariñoso.
- No quiero seguir sin ti.

Metió sus manos por los tirantes de su vestido masajeando sus hombros mientras la besaba con pasión.
Sin más, los deslizó por sus hombros para que el vestido cayese por si mismo.
Dejándola expuesta a él.

De un solo movimiento la habia dejado completamente desnuda. No llevaba nada bajo el vestido, le gustaba como se sentia el tacto de la seda contra su piel.
- ¿Te gusta lo que ves?
Cogio una de las manos de el e hizo que abarcara uno de sus pechos con ella.

Mientras con la mano que ella le había agarrado le acariciaba su pecho, con la otra la agarraba y le tiraba del pelo hacia atrás.
-Siempre-rugió entre sus labios a la vez que la miraba con hambre-. Sólo tú haces que me ponga realmente perro.
Mordisqueó su labio mientras bajaba la mano de su pecho a su sexo hasta introducirlo en su interior.

Jadeo en su boca por la caricia inesperada, ya estaba completamente mojada pero se humedecio aun mas.
- Otto...
Se froto contra su mano mientras sacaba la lengua y lamia sus dientes cuando mordisqueo su labio.

-Supongo que será mi último momento de estar cotigo como humano.
Bajó poco a poco por su cuerpo hasta quedar de rodillas a él.
-¿Cómo Dios es diferente?
Agarró con ambas manos sus piernas haciendo que las abriera para él.
Mordisqueó un poco sus labios.
-Ábrete para mí, Sif.

Mirandolo a los ojos sonrio con malicia, mientras bajaba una mano por su estomago hasta su sexo.
- ¿Asi?
Abriendose un poco de piernas, se abrio sus pliegues para el.

Le dio una lenta lamida desde su vagina hasta el clítoris.
-Justo así-dijo relamiéndose la boca antes de apoyar más la cabeza y lamerla a conciencia.

Introdujo una mano en su pelo, mientras se frotaba contra su boca.
- Se siente tan bien..
Jadeo en busca de aire, notando como una oleada de placer la recorria cada vez que la lamia.