Habitación de Arnhild

Suspiró poniendose las manos en la cara.
- Mejor le pondre una escusa a lo de la cena familiar.

Siguió jugando con su pelo.
-Yo creo que los problemas debes afrontralos, darles frentes. Si les das la espalda y lo dejas estar se acumula y te persiguen siempre.

- ¿ Quieres que vaya allí y diga: Ey Wulf, como siempre hemos compartido los mismos gustos pues que sepas que me gusta tu mujer?.
Soltó una risita amarga.
- Entonces me dara una patada en el culo.

-No me refería a eso. Me refería a que si te niegas a verles o no querer estar cerca, el problema sigue ahí.
Se quedó pensando al recordar lo que escuchó en el bar.
-¿Pues no dijistes que tu hermano y tú compartíais mujeres? Qué más dará con esta.

Hizo una mueca agarrandose sus partes.
- Amenazo con cortarme a Moby, eso significa que no quiere que me acerque.
La miró a los ojos.
- Si me fuera dicho que me corta un dedo, una mano... ¿ Pero a Moby?.
Chasqueó la lengua negando.
- Con ella no se juega.

Se sintió ofendida por lo que estaba diciendo.
-Pues conmigo no tuvo tantos escrúpulos, qué tendrá esa de especial.
Sólo era un c*ño con patas como cualquiera de las demás.
-¿No se juega? ¿Y qué es lo que hace él con ella por las noches, hablar?

- La quiere mujer.
Se sentó y echo la cabeza hacia atras apoyandola en el respaldo.
- Llega un momento en todo hombre, que encuentra a la mujer adecuada para compartir su vida.
Eso era lo que decia su madre.

Se le quedó mirándolo tan desolado.
-Y tú, o bien no la has encontrado... o te has fijado en la que no tocaba.
Pobre su Erik.
Cuando daría ella por estar en su lugar.

- Pues no lo sé, crei que la encontre.
Pero al final él murió y lo llevaron a vivir a la Valhalla como buen guerrero.

-¿Estuviste casado, Erik?
Ese dato no lo sabía ella de él.

- Si, tuve un hijo con ella.
Sonrió mirando al techo al recordarla.
- Era muy guapa.

Puso las rodillas en el sofá y las abrazaba mientras lo miraba divertida.
-Cómo no, a la altura del los Tryggvason.

- Si...
La miró.
- Y tu cuentame, despues de mi muerte no supe nada mas. Solo se lo de que salvaste a una valkiria.

Se encogió de hombros sonriente.
-Es que no hay nada más. Seguí en la aldea hasta el día de la valkiria. Mi padre quiso cumplir con la promesa de mi matrimonio, pero tu hermano desapareció. Aunque ahora lo entiendo, si me hubiese tocado casarme conmigo también hubiese uido.
Le puso un poco más de voz a la tele.
-Y nada, estuve en el Valhalla hasta ahora. Me aburría mucho, y para estar sola quería estar en la tierra.

- Mi hermano siempre ha sido un picha libre, hasta que ha encontrado con Mom, entonces sentó cabeza.
Apartó el pelo de su hombro mirándola intensamente.
- Seguro que encontrarás a alguien que siente cabeza contigo.

Rió con suavidad por el comentario de él.
-Si en más de mil años no he encontrado a nadie no creo que lo encuentre ahora, ¿no crees?
Sus tripas rugireon con fiereza.
-Ostras tengo hambre, ¿quieres que pidamos comida china?

Se encogió un poco de miedo al escuchar ese ruido. ¿ Que clase de animal tenia en casa?. Entonces se dio cuenta que era las tripas de ella.
- j*der... Claro, y será mejor que alimentemos a eso.
Tenia un mounstro alli dentro.

Se le quedó mirando con vergüenza, por los ruidos de su tripa, y con horror.
-Por qué me dices eso. No tengo culpa que suene así.
Se puso a llorar flojito.
-Eres un maleducado, ¿lo sabías?

Dejo caer la mandibula sorprendido y ofendido.
- Oye, que sepas que yo tengo mucha educacion.
Se rascó los huevos.

Se quedó mirando a Erik.
-De verdad que no digo que tu madre no te diese educación, la pobre era una santa. Pero no te da la gana aplicarla.
Se levantó en busca del teléfono.

- Seguro que si fuese un finolis de ciudad no te pondria tanto.
Le guiñó un ojo.

Se le quedó mirando con el teléfono en mano.
-Quizás no, pero si por lo menos me tuvieses respeto quizás te apreciaba más.

- Oh venga Arn, yo te respeto.
Pero era mas bruto que un arao. No tenia culpa, sino que mirasen a Wulf.

-Si me tuvieses respeto por lo menos no me dirías eso sobre los ruidos en la tripa de una persona que tiene hambre. A mí no me parece muy lógico.
Marcó el número del chino.

- Pero mujer, si mi tripa tambien hace ruido cuando tiene hambre. Es lo mas normal del mundo.
Se rascó la cabeza. Mujeres, cualquiera las entendia.